La
Fundación Iluminando los Caminos de Dios, apenas unos días después de haber
inaugurado con gran alegría su oficina principal en Los Ríos, se trasladó junto
a un valioso grupo de hombres misioneros de Emaús San Mauricio – Jardines del
Norte hasta la ciudad de Moca.
Allí llegamos
cargados de bendiciones con un
importante cargamento de ayuda humanitaria a un centro de asilo de ancianos,
cumpliendo una vez más el mandato que Papá Dios nos ha dejado grabado en el
corazón: servir con humildad y amor a quienes menos pueden valerse por sí
mismos.
Gracias,
Señor, por la fuerza, la salud y la provisión que nos das día a día para seguir
siendo tus manos y tus pies en la tierra, realizando tus obras de misericordia.
Esto es exactamente lo que todos estamos llamados a hacer mientras tengamos
vida y Dios nos lo permita: provocar que las cosas buenas sucedan.
El empresario y filántropo Pedro Espino hizo “un
llamado especial a los líderes, autoridades y representantes de la sociedad
dominicana : que no esperemos a que nos inviten, que lleguemos nosotros primero
a esos lugares vulnerables de extrema pobreza, que no vayamos a las
instituciones solo a servirse nosotros mismos, sino a servir con el corazón a
los que menos tienen y más nos necesita”.
Añadió
Espino que “el verdadero cambio comienza cuando decidimos ser bendición en vez
de esperar ser bendecidos. ¡Que Papá Dios siga multiplicando estas obras y
tocando más corazones para que se unan!
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