La gran historia de Juan Alberto que se fue en yola a Puerto Rico y ahora vive escondido en Barrio Obrero
Las razones que llevan a un dominicano a cruzar el peligroso Canal de la Mona hacia Puerto Rico son múltiples, arraigadas en factores socioeconómicos y personales. La historia de Juan Alberto, de 38 años, refleja la de miles que, por falta de empleo y oportunidades, arriesgan todo en un viaje en yola.
Nacido en Miches, El Seibo, Juan Alberto vivía de trabajos esporádicos en pesca y agricultura, insuficientes para mantener a su esposa, dos hijos y madre enferma. Cansado de deudas y sin empleo, escuchó historias de conocidos que cruzaron el canal y encontraron trabajo en Puerto Rico en construcción y servicios, sectores necesitados tras huracanes. La promesa de un mejor salario lo convenció.
Un viaje arriesgado
La migración en yola no es fácil. Juan Alberto sabía de tragedias: yolas naufragadas, pasajeros perdidos o muertos por deshidratación. Aun así, pagó 75 pesos a un traficante, reunidos con préstamos y vendiendo posesiones. Cruzó los 130 km del canal en una lancha artesanal con 40 personas, sin equipos de navegación, dependiendo del capitán y el mar.Entre miedos y esperanzas
La noche del viaje, en una playa de Miches, la yola abarrotada partió con comida y agua racionadas. El mar agitado y las olas generaron pánico. Algunos rezaban, otros callaban. A mitad del trayecto, una tormenta los obligó a esconderse en una isla deshabitada, temiendo a la Guardia Costera. Tras 30 horas, llegaron a una playa cerca de San Juan, donde traficantes los recibieron tras otro pago.
La vida en Barrio Obrero
Juan Alberto se estableció en Barrio Obrero, San Juan, trabajando en construcción. Aunque el salario era mejor, la vida no era el sueño esperado. Las redadas de inmigración, intensificadas en 2025 bajo la administración Trump, lo mantienen alerta. En Barrio Obrero, antes lleno de merengue, ahora reina el silencio por temor a deportaciones. Aun así, el dinero que envía a su familia en Miches paga deudas y mejora su vida.El costo de la migración
Según la OIM, en 2022 se registraron al menos 321 muertes de migrantes en el Caribe. Los viajes en yola son peligrosos, con embarcaciones sobrecargadas y abusos de traficantes. En Puerto Rico, la comunidad dominicana, que representa más de la mitad de los 90,000 inmigrantes, enriquece la cultura, pero enfrenta discriminación y temor a la deportación. Juan Alberto sigue en Puerto Rico, trabajando y enviando dinero a su familia. Su historia refleja las duras realidades de los migrantes irregulares, impulsados por la desesperación y la esperanza, pero enfrentando un camino lleno de peligros y sacrificios.
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