Dos hermanos se casan con una mujer y desatan un debate sobre la poliandria en India
En una pequeña aldea del Himalaya en India, una novia se sienta entre dos hombres y a continuación el trío sonríe a la cámara. Esta no es una foto de boda común y corriente. La joven se ha sentado entre sus dos maridos, con los que acaba de casarse. Es un matrimonio inusual en un país donde la poligamia y la poliandria son ilegales.
Por eso, las fotos del
matrimonio de Sunita C con los hermanos Kapil N y Pradeep N el 12 de julio, no
solo se viralizaron ampliamente en redes sociales (algunos usuarios criticaron
a la familia con insultos), sino que también provocaron un debate nacional.
El trío pertenece a la
comunidad Hatti, un grupo tribal indígena que vive principalmente en las áreas
montañosas del norte de los estados Himachal Pradesh y Uttarakhand, a lo largo
de las cuencas de los ríos Giri y Tons.
Esta comunidad de unos
300.000 habitantes se extiende por 400 aldeas de la región y debe su nombre a
su antigua tradición de comerciar con cosechas, verduras y lana en los mercados
locales llamados "haats".
Han prosperado gracias a
sus agricultores y artesanos, quienes han tejido chales de lana y elaborado
joyas de plata durante siglos.
India reconoce oficialmente
a más de 700 tribus, que representan aproximadamente el 8,6 % de la población
del país.
En 2023, el gobierno indio
otorgó a los hattis el estatus de "tribu registrada", lo que les
permite acceder a diversos programas de bienestar social, así como a cupos en
empleos e instituciones educativas.
Aunque se les identifica
ampliamente como hindúes, los hattis siguen rituales matrimoniales que difieren
significativamente de las ceremonias hindúes tradicionales.
Conocidas localmente como
"jodidara" o "jajda", estas bodas exigen que los novios
intercambien sus promesas cara a cara, en lugar de dar las siete vueltas
tradicionales alrededor del fuego sagrado, como suele hacerse en los
matrimonios hindúes.
Y, en otra desviación de la
práctica hindú convencional, es la novia quien encabeza la procesión nupcial
hasta la casa del novio.
En estas uniones, los
compromisos laborales de los distintos miembros de la familia suelen tener un
efecto en relaciones matrimoniales.
"Antes, cuando un
hermano se ausentaba con el ganado durante meses, el otro se quedaba con la
novia y se turnaban para vivir con ella al regresar. Pero en el contexto
moderno, estos asuntos se resuelven mediante el entendimiento colectivo dentro
de la familia", le dice a la BBC Sher Jung Chauhan, periodista local de la
comunidad hatti.
"Otras decisiones como
qué hijo adoptará el apellido de qué padre todavía se deciden por consenso
familiar", añade.
Una costumbre
"moldeada por un entorno hostil"
Las prácticas religiosas de
la tribu hatti combinan el hinduismo con rituales animistas, y las deidades
chamánicas locales desempeñan un papel central en sus costumbres y vida
cotidiana.
Las conversaciones en los
mercados comunitarios mantienen vivas las historias de sus orígenes himalayos.
La vestimenta tradicional, en particular las prendas de lana tejidas a mano,
refuerzan su identidad.
Aseguran que el sistema
familiar conjunto fomenta la unidad y el uso compartido de recursos.
Anteriormente, la comunidad
hatti animaba a los hermanos a casarse con la misma esposa, presuntamente para
evitar la fragmentación de la propiedad de la tierra. La tierra cultivable es
escasa, y dividir la propiedad ancestral entre varios hermanos como herencia
podría diluir los recursos familiares.
La Constitución india
permite a las comunidades tribales preservar sus costumbres, a menos que el
gobierno las prohíba.
Yashwant Singh Parmar, un
académico quien ejerce el puesto de ministro principal de Himachal Pradesh,
señaló en su libro "Poliandria en el Himalaya" que "la tradición
surgió de las duras realidades de la vida en la montaña, donde la preservación
de los limitados recursos de la tierra era esencial".
Decenas de mujeres y
algunos hombres de la comunidad hatti, vestidos con ropas coloridas, forman un
círculo alrededor de dos hombres que tocan tambores.
Kapil Chauhan, residente
local, afirma que al menos entre cuatro y seis familias de cada aldea de la
región aún practican la poliandria.
"Es nuestra identidad
y un motivo de orgullo. Si las familias involucradas se sienten cómodas con
ello, nadie más debería tener problemas", le dice a la BBC.
Según el activista social
local Ramesh Singta, "la mayoría de estos matrimonios ahora se celebran
discretamente, sin mucha fanfarria".
¿Elección o explotación?
La noticia del matrimonio
entre Sunita C y sus esposos Kapil N y Pradeep N desató un amplio debate en las
redes sociales en India.
Si bien muchos lo
consideran una cuestión de consentimiento y elección personal, algunos
argumentan que vulnera los derechos de las mujeres.
Los partidarios defienden
la tradición "jodidara" de la comunidad hatti para preservar la tierra
y la unidad familiar, enfatizando el consentimiento y el patrimonio cultural.
Los críticos cuestionan su
relevancia moderna, su estatus legal bajo la ley india y la dinámica de género,
considerándola obsoleta.
Algunos señalan la
hipocresía de aceptar la poliandria mientras condenan la poligamia en otros
lugares.
Las familias de los
involucrados defendieron la boda. Destacaron la felicidad de los tres y el
carácter tradicional del matrimonio.
El político local y
ministro de Industria estatal, Harshwardhan Chauhan, también cree en la antigua
tradición.
"Al mantener viva esta
práctica, Pradeep y Kapil han honrado su herencia cultural", explicó a la
BBC.
Sin embargo, muchos
cuestionan si esto mejora la situación de la mujer en el hogar y argumentan que
podría empeorarla.
"Esta práctica fomenta
la explotación de las mujeres y viola sus derechos fundamentales", afirma
Mariam Dhawale, secretaria general de la Asociación de Mujeres Democráticas de
toda la India.
Dhawale le dice a la BBC
que tener dos maridos también puede ejercer presión adicional sobre la mujer
para tener más hijos.
Sin embargo, Asha Devi, una
mujer local que está casada con dos hombres, insiste en que la tradición no
compromete la libertad de la mujer.
"Contrariamente a la
creencia popular, las mujeres tienen todo el derecho a rechazar o abandonar
este tipo de matrimonios si así lo desean, y nadie está obligado a estar en una
'jodidara', ni mujeres ni hombres", asegura Devi en diálogo con la BBC.
Sin embargo, en este caso
especíico, la novia y sus novios no llevan una vida completamente tradicional.
Sunita es una técnica
cualificada que estudió en un instituto de formación industrial, mientras que
Pradeep es empleado del gobierno estatal y Kapil trabaja en el extranjero en el
sector hotelero.
La novia declaró ante la
prensa que contrajo matrimonio voluntariamente: "Fue mi decisión. He
abrazado una tradición milenaria".
Sus esposos comparten el
mismo sentimiento: "Esta relación refleja nuestra fe en la tradición y la
responsabilidad compartida de cuidarnos mutuamente", le dijo Pradeep a
medios de comunicación locales.
Los tres se han prometido
amor y mantener la estabilidad de su unión.
La poliandria en otras
culturas
Aunque es poco común, la
poliandria se practica en ciertas comunidades tribales, como los kinnauris en
el Himalaya y los todas en el sur de India.
También existen otros
ejemplos de poliandria en tribus en todo el mundo, desde los "matrimonios
a pie" del pueblo mosuo de China (donde los hombres visitan a las mujeres
por la noche y luego regresan a sus hogares maternos) y la poliandria fraternal
en el Tíbet, hasta prácticas similares entre los irigwe de Nigeria y tribus
amazónicas como los bororo.
También se ha reportado
entre los masái de África Oriental, aunque muchas de estas tradiciones han sido
prohibidas o han desaparecido desde entonces.
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